lunes, 8 de febrero de 2010

Punto muerto

Muy a menudo me encuentro en punto muerto. Nada me alegra y mi vida parece carente de sentido. Me pesan todos los años perdidos y mal aprovechados. Insisto en ir cuesta arriba, en hacerlo todo más difícil. Anhelando lo que no tengo paso muchos de mis días en lugar de valorar lo que sí tengo… estoy viva y eso ya es mucho. Mi mente nunca para de autoanalizarme para mejorar, para conseguir la estabilidad que necesito, para saber quién soy y hacia donde guío mis pasos. Me da miedo acabar como mucha gente, con un curro de mierda, un marido machista e hijos, o por otra parte sola y amargada hasta el fin de mis días. O que por desgracias del destino muera joven como mi padre y nunca llegue a hacer nada que me auto realice o encontrar al amor de mi vida, porque aunque me convenza a mi misma de que eso no existe, en el fondo tengo la esperanza de que va a llegar. Me faltan 3 años para cumplir los 30 y no tengo absolutamente nada. Sólo sueños llenos de humo que se evaporan con el paso de los años. Me aterra defraudar a la gente que me quiere. Ellos confían en mí e intentan creer que voy a conseguirlo. En momentos como este, no sé que pensar. Sólo sé que un frío terrible envuelve mis huesos y la tristeza me agarra con fuerza para que sienta que no soy nada. Intento animarme con distracciones que impidan a mi cerebro dar vueltas y vueltas a esto, pero por desgracia soy la reina de las “pajas mentales”. Espero algún día volver a leer esto y ver que todo a cambiado, ver que sólo eran bajones del momento.

2 comentarios:

Ivan Federico Sergei Malevoski dijo...

Bienvenida al club.

Lidia R. L. dijo...

Sí, es lo que tiene reflexionar en exceso, por cierto, he visto tus blogs, me gusta como escribes.