sábado, 28 de noviembre de 2009

Reflexiones sobre la culpa de ser uno mismo.

¿Si os empezais a dar de cabezazos contra una pared hasta sangrar, paráis? Me imagino que sí, (a no ser que seáis masoquistas claro) bien, pues yo no paro. La experiencia que bien me vale para aconsejar a los demás, a la hora de aplicarme el cuento, me sirve para limpiarme el ojete (vulgarmente hablando). Estoy llena de odio y resentimiento, cosa que no sirve para nada. Imaginad que teneis unas ganas tremendas de gritar porque os pillasteis un dedo con una puerta, y no podeis. Yo tengo ganas de gritar por otras cuestiones y me lo guardo. Aparte del dolor, tengo que joderme gritando para adentro. ¿Y de quién es la culpa? Porque en nuestra sociedad engorda egos siempre dice que la culpa hay que echarsela a otros...
LA CULPA ES TODA Y ABSOLUTAMENTE MIA. Si soy infeliz es sólamente por permitir que en mi vida haya cosas que me hagan daño. Claro esta que hay cosas que no podemos controlar, eso es inevitable y para eso esta la madurez, para afrontarlas con sabiduria. Pero lo que esta por que a mi me da la santa gana soportarlo, eso si que es una tortura completamente reprochable. Es díficil hacerse a uno mismo y aguantarse, y creo sinceramente que eso es algo que todo el mundo tendriamos que trabajar.