jueves, 29 de octubre de 2009

Julieta x Julieta

Querida Julieta:
Ya conoces el amor sincero que te profeso pero no moriré por ti. Los días de romanticismo exaltado y decadente ya terminaron. Que nuestras familias se opongan a nuestra relación ya no es un problema. Que las gentes ancladas en las viejas costumbres nos miren con asombro o rechazo no representa el fin de nuestro amor. Ya no hay barreras, solamente las que nos pongamos. Sí un día este amor termina, no sesgaremos nuestras muñecas con intención de desangrarnos. Por el contrario, encontraremos a otras personas dispuestas a amar y ser amadas. Mientras tanto, por las noches me acuesto con tu nombre en los labios. En mis sueños te encuentro, y estas tan bella que mi corazón se sobrecoge. Mi cerebro se inunda de tu imagen desnuda sobre mi cama. Y recorro en mi imaginación cada centímetro de tu cuerpo. Cuando estoy físicamente contigo no hay cosa en ese instante que pueda hacerme más feliz. Escuchar tu voz, sentir tu aliento, tu calor… Ojalá nuestra llama arda para siempre pero, si no es así, recuerda el amor y la pasión que hoy tenemos. En este momento es real y mañana quién sabe… lo que siempre has de saber es que no es una mentira, aunque todo cambie y se transforme, aunque no permanezca inmutable.
Tuya y sin reservas, Julieta.