-Juan, dime ¿de qué va tu tesis?
-Sara, ¡¿pretendes que te lo cuente
aquí?! Vamos a descargarnos de la red neural de Macro net de la facultad a
nuestros cuerpos físicos. Aquí nunca se sabe. Aunque usemos una frecuencia
privada cualquier habilidoso hacker puede espiarla y Marta lleva tiempo detrás
de mi tesis para joderme el tema…
Mejor vamos a un lugar más privado. ¿Qué
te parece la esfera de descanso de mi residencia? Ahí nadie va a molestarnos.
-Me parece bien Juan.
Una vez allí, se acomodaron y Juan empezó
a contarle a Sara algunas ideas que tenía para su tesis.
-Mi tesis habla de nuestro origen. De
cómo los Sagoriam llevaron a cabo su proyecto: “La vida en la tierra” Como todo
el mundo sabe, los Sagoriam en su planeta casi idéntico al nuestro, querían
visualizar sus orígenes y su propia evolución imitando todo el proceso en
nuestro planeta.
Ellos pretendían que avanzáramos más
rápido, así que entre otras cosas, introdujeron conceptos de física en la
religión. El concepto de Dios, Jesucristo y el espíritu santo es en realidad la
descripción de los estados de la materia. Dios es el estado líquido, ya que cómo
decían en la biblia estamos hechos a su imagen y semejanza. ¿De qué nos componemos principalmente? de
agua, que además nutre y da vida a todas las plantas y animales de la tierra.
El espíritu santo es el estado gaseoso, ya que se representa como algo
invisible y etéreo. Por último tenemos a Jesucristo, que representa el estado
sólido. El hijo de Dios que viene a salvarnos está hecho de carne.
-Pero Juan, ¿Jesucristo llegó a existir
realmente?
-En realidad, no era un ser humano. La
imagen de Jesús se copió literalmente de otras leyendas y religiones más
antiguas para que fuera creíble, por ejemplo la egipcia. Si te fijas en la
historia de Jesús, es parecida a la historia de Horus. También tiene muchas
similitudes con Krishna, (India), Dionisos (Grecia), Mitra (Persia) y podría
seguir poniéndote ejemplos, pero no quiero aburrirte. El caso es que los
Sagoriam mandaron una proyección de uno de sus científicos, para enseñar ética y filosofía a los humanos.
-Juan, cuéntame algún detalle extraño o
curioso.
-Algo curioso eran unos bio-robots que se
encargaban de recoger muestras de sangre para los Sagoriam. Los culícidos,
vulgarmente conocidos como mosquitos, fueron introducidos en la tierra cómo un
organismo “natural”.
Ahora entendemos muy bien esa tecnología,
somos capaces de crear vida híbrida capaz de reproducirse, programada para
hacer lo que sus datos especifiquen. Las muestras de sangre de animales y
humanos se mandaban en datos cifrados en
un tiempo récord a la base que poseían los Sagoriam en el interior de nuestro
planeta. Lo conseguían con unas microondas de un espectro que no fue conocido
hasta el siglo XXIII. Cuando eso pasó, los humanos de esa época empezaron a
leer esa información y no tenían demasiado claro de dónde procedía.
Un hombre de mediana edad se acercó con
cautela a Juan y a Sara. Vestía una bata de color blanco. Su expresión facial
reflejaba serenidad. Se dirigió hacia Sara con un gesto de asentimiento.
Sara le dijo a Juan:
-Perdona Juan, tengo que marcharme.
Espero con impaciencia que tu Tesis esté acabada para poder leerla.
-Sara, te prometo que si tengo tiempo te
contaré más cosas.
Sara salió de la habitación siguiendo los
pasos del hombre de la bata blanca.
Entraron en un despacho luminoso. Lo
presidía un gran escritorio de madera, con una silla giratoria de cuero
coloreado en negro, y al otro lado, dos confortables butacas acolchadas de
color gris oscuro. En la pared de atrás enmarcados y colocados con una
perfecta simetría, descansaban dos
títulos universitarios.
-Señorita, siéntese si es tan amable.
-Gracias doctor Martínez. Dígame con
sinceridad. ¿Cómo ha visto a mi hermano en estos días? ¿Ha notado algún
progreso? ¿Cree usted que volverá a reconocerme?
La ansiedad en la voz de Sara y los ojos
de tristeza no hicieron esperar la respuesta del doctor Martínez.
-Su hermano padece de una esquizofrenia
paranoide muy aguda. Estamos probando un nuevo método. Al no ser un peligro
para él mismo, los demás internos o el equipo del hospital, no es estrictamente necesario que esté
medicado. Aunque más adelante será puesto en tratamiento. El método que
seguimos es dejar que exprese por escrito todo lo que él quiera. En su delirio,
él cree que vive en otra época y escribe
una tesina sobre el origen de la humanidad. Le estamos permitiendo que la
escriba para después leer con detenimiento el contenido y analizarla con
nuestro equipo de psiquiatría. Quizás encontremos alguna clave que sirva para
su posterior tratamiento.
Siento comunicarle que difícilmente la va
a reconocer en los próximos meses. No obstante, creemos que es probable una
mejoría de aquí a un año, aunque no podemos asegurárselo. La mente humana es
muy compleja.
-Gracias doctor.
Sara salió del despacho cabizbaja.
Encauzaba sus pasos a la habitación de su hermano. Ella sabía que no tenía que
forzar a su hermano para que la recordase, ya que no iba a servir de nada. Tenía
que ser lo que su hermano proyectase en ella, en este caso, su compañera de
facultad.
Entró en la habitación y él no se giró.
Sentado en una pequeña mesa escribía en su portátil. El sonido de las teclas
inundaba la estancia y martilleaba la cabeza de Sara, que en un arrebato de
impotencia susurró las siguientes palabras:
-Mamá y yo te añoramos muchísimo y te
queremos.
Juan paró de repente de escribir. Se hizo
un silencio. Y después de unos segundos continuó como si en la habitación no
hubiese nadie. Sara salió con lágrimas en los ojos y cerró la puerta. Una vez
en los jardines del hospital, miró hacia la ventana de la habitación de su
hermano. Se secó las lágrimas y con amarga resignación continuó caminando.
Lidia R. L.
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